Gran Final

Ambiente de gala. Padres y madres, profesorado del centro y alumnos y alumnas atareados desde primera hora de la mañana para que todo quedara perfecto. Toda la energía que mueve la final del Mundialito puesta en movimiento. Nueve años ya desde que esta aventura empezara y da gusto ver la ilusión y las fuerzas renovadas de jóvenes y no tan jóvenes, porque parafraseando a la famosa chirigota gaditana, nosotros no cumplimos años, cumplimos finales.

Pero vamos al acto central que motiva todo este despliegue de actividad, el partido. Puede sonar a repetido pero lo que vimos el viernes fue un gran partido. Dos equipos, China y Holanda, de un gran nivel, con estilos diferentes pero con el mismo deseo de hacerlo bien. Dos equipos que ya se habían visto las caras en el mismo grupo de la fase de liguilla, allí Holanda había quedado primera de grupo y China segunda, pero desde entonces habían pasado muchas cosas y ahora todas las posibilidades estaban abiertas. Como era previsible el partido fue desde el principio un encuentro de poder a poder.
Desde que el árbitro (como en otras ocasiones contábamos para estos menesteres con Rafael Escobar al que nunca agradeceremos lo bastante su colaboración) dio el silbido inicial los jugadores y jugadoras de ambas selecciones salieron a darlo todo. Se adelantó China, pero a los pocos minutos empató Holanda, y sólo cuando se rozaba el final del primer tiempo, los chinos volvieron a adelantarse.

Pero ahí no acabó la cosa, pues al iniciarse el segundo tiempo, y cuando parecía que China dominaba, Holanda volvía a empatar el encuentro y pasaba a la ofensiva. Hubo distintas alternativas hasta que el equipo chino volvió a adelantarse pero esta vez por dos veces 4 - 2. Sin embargo eso no amilanó a la selección holandesa que, con el tiempo en contra, se dispuso a remontar. Consiguió un nuevo gol y no sabemos lo que pudiera haber pasado si el partido hubiera durado más. Pero el tiempo manda y el silbido final fijó el resultado definitvo: China 4 - Holanda 3.

Después vino la celebración, la entrega de trofeos y medallas a los cuatro primeros clasificados: China, Holanda, Ucrania y España. También para el mejor portero, el mejor jugador, el portero menos goleado y el máximo goleador. Todo ello entre los aplausos de un público entusiasta y fiel que animó a rabiar y dió alegria y colorido a toda la final.
En fin, un año mas. Con esta crónica nosotros también terminamos, pero no queremos hacerlo sin mostrar nuestro agradecimiento a todas aquellas personas que hacen posible este pequeño gran acontacimiento todos los cursos. A los padres y madres, al profesorado del centro, a los jugadores y jugadoras y a todo el alumnado, sea del curso que sea, por estar siempre apoyando algo que es patrimonio de todos los que, de una manera o de otra, formamos parte del colegio.
De verdad, muchas gracias y... amenazamos desde ya con una V Liga de Campeones para el curso que
viene.